miércoles, 4 de agosto de 2010

CREER O NO CREER.-


"En los últimos meses (o años) han resonado en los oídos de los chilenos frases y propuestas grandilocuentes que hablan de que todo irá mejorando más allá de lo que el común de los ciudadanos sospecha."
Creer o no creer, ese es el dilema actual, cuando la retórica campea, a veces sin límite, golpeando nuestras mentes e incitándonos a creer que todo lo malo que apreciamos en los tiempos presentes desaparecerá o amainará, trayendo las satisfacciones anheladas por decenios.
Podemos deducir, entonces, que si se promete mejorar algo es porque no ha estado bien, y nosotros, comunes mortales, hemos luchado por siempre (hasta en las calles) para que todo cambie para mejor. Para no ser mal agradecidos, es justo reconocer que han habido cambios sustantivos si lo comparamos con los negros años de la dictadura.
Empecemos diciendo, que se campaneó que no habría despidos en la administración pública; pero aconteció lo contrario, más allá de lo permisivo por el marco legal, y por lo tanto, tenemos derecho a pensar que en los próximos tres y medio años esto no se detendrá.
También se ofrecieron cantidades importantes de subsidios y hemos apreciado que son miles las personas que se lamentan por el no cumplimiento de esta promesa; lo mismo ha acontecido con las pensiones y asignaciones o bonos por hijos para las madres, que con amargura se han impuesto que sólo será para las mujeres más pobres, viéndose golpeadas por la desilusión aquellas que se acercan a la clase media.
En este tráfago de promesas escuchamos repetitivamente en tiempos de campaña, como también en el discurso presidencial último, que se haría efectivo el derecho a voto para todos los chilenos que viven en el extranjero, pero a poco andar se dice que no será para todos. Lo mismo está aconteciendo con lo que será la futura ley de isapres que eliminaría la discriminación en los cobros para la mujer en edad fértil y las de tercera edad. Pero, aparecen los "peros", y los planes para otros grupos etáreos subirían en forma grosera.
Del mismo modo, se ha hablado en demasía en las últimas semanas de los indultos a los encarcelados insinuándose que no alcanzaría a quienes están involucrados en crímenes de lesa humanidad. Pero ya se está palpando en el ambiente, que los beneficiados serían anónimos(no lo sabríamos)¿Nos encontraríamos con alguno de ellos, de pronto, en una calle semi oscura?.
Nuestras inquietudes siguen, al no saber cuál será el verdadero alcance del SERNAC financiero, pero los hombres y mujeres que viven atiborrados con deudas en instituciones financieras, con intereses y reajustes abusivos, ya están masticando su desilusión al no poder frenar los remates de sus bienes y casas.
Digamos, asimismo, que son variadas las propuestas para volver a mejorar la salud yla educación, pero los lamentos de los alcaldes se escucha fuerte al escasear el financiamiento, y por lo tanto, se mejore la calidad. Por otra parte, se recalca que las viviendas también mejorarán, pero aún lloran las familias que perdieron sus casas en Febrero pasado, viviendo en casas de emergencia que se volvieron a llover como las otras de antaño.
Si nos referimos a la delincuencia, los actos vandálicos siguen igual que antes, aunque las campañas digan otra cosa.
Con el ciudado del medio ambiente los desencantos no son menores,sobretodo cuando se da a entender que las termoelèctricas no contaminarían,como tampoco las faenas de las grandes empresas mineras.
Digamos,finalmente,que nos duele que se hayan desaprovechado años preciosos para haber cambiado muchos de los males que hoy golpean a los obreros y a la clase media.Pero,en la hora presente,seguimos preocupándonos más del matrimonio entre homosexuales,como también de los setenta millones mensuales que ganará el señor Bielsa.


PEDRO DÍAZ ROJAS
LA SERENA 3 de Agosto de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario