domingo, 29 de agosto de 2010

FULGORES Y HORRORES EN BICENTENARIO.-

"Estamos a las puertas de celebrar el bicentenario de la Patria, y salvo en algunas ciudades, los preparativos resuenan timidamente como tratando de apagar las debilidades y contradicciones apreciadas a diario en el devenir regional y del pais."



Los anhelos de todos y todas los chilenos y chilenas en estas Fiestas Patrias son que los pañuelos se agiten en el aire mientras zapatean una alegre cueca, que de pronto sonó entremedio de tantas cumbias y rancheras, como tratando de sobresalir para que este bicentenario tenga un sabor a Independencia después que nos sacudimos del yugo español.

Es cierto que algunos desastres y malas votaciones de la COREMA(en la región),como también el desencanto sufrido en el mundial de fútbol y la desesperación de las familias de los 33 mineros enterrados en la mina "Sn. José",sin dejar de mencionar las alzas y endeudamientos groseros que padecen muchos miles de compatriotas han incidido para aterrar los cuerpos, pero las ansias de salir a la superficie es más fuerte, al igual que la fuerza de los 32 chilenos y 1 boliviano que hicieron retumbar la montaña cuando cantaron nuestro himno patrio.

En nuestros corazones están las ansias de agregarle "injundia" a este "18" para que las pampillas ,los rodeos, las carreras de caballos y de niños ensacados, los concursos de cuecas en las plazas y colegios, y los desfiles por las calles de cada pueblo nos embebiesen, y duren otros cien años manteniéndose en el aire el aroma de las empanadas, como asimismo,el agradable sabor de la chicha absorbida con mesura.

Pero, algo diferente tiene que acontecer en las celebraciones del Bicentenario para que sea diverso a los años anteriores, y todo lo que acontezca quede en las pupilas y mentes de hombres y mujeres con desbordes de alegría y acontecimientos positivos para que sean rememoradas por nuestros nietos y biznietos.

Los desastres de la naturaleza y algunos descriterios de autoridades que no han sabido darle el valor que se merece el medio ambiente serán recordados a través del tiempo; pero el desborde de estas fiestas bicentenarias debe estar por sobre lo negativo, confiando en que con la fuerza y decisión de nuestro pueblo que mora en villorrios, caletas y ciudades seguiremos avanzando por los senderos del engrandecimiento de la patria, pero, férreamente cimentada en la justicia social para felicidad de las generaciones futuras.

Las cuecas y tonadas deben resonar en cada radio, al igual que en plazas y avenidas, confundiéndose sus notas con la potencia y emoción con que cantaron nuestro himno nacional los mineros, hijos de este pueblo emancipado,en esa oscuridad a 700 metros de profundidad..

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PEDRO DÍAZ ROJAS

LA SERENA

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