Por Mario Lobos Núñez*
Hace 37 años recorrió el norte
del país la tristemente célebre “Caravana de la Muerte”, cuya misión de exterminio causó horror en la
ciudadanía cuando los hechos fueron conocidos por los testimonios de quienes
eran compañeros de prisión de las victimas y por lo relatado en el libro “Los
Zarpazos del Puma” de la periodista Patricia Verdugo. Por mi compromiso con el
pueblo y lealtad a la causa de la unidad latinoamericana caí detenido y estuve
junto a los ejecutados el 16 de Octubre de 1973 en la cárcel de La Serena.
Recurriendo a la memoria
histórica, daré a conocer algunos hechos inéditos de ese amargo día. Ese 16 de
Octubre era un día gris más de cárcel. Recorriendo las galerías
pude ver a la distancia al Doctor Tomás Peña Fernández, recordado
Regidor de Coquimbo. Un mocito iba
voceando los llamados a la Fiscalía Militar, lista que encabezaba Oscar
Catalán, quien había estado sólo algunos días en un calabozo. Partí de inmediato a la celda de Manuel
Marcarian a comunicarle que estaba llamado a la fiscalía militar, pese a que
estaba condenado a 15 años; se molestó, pero entendió que, a lo mejor, era para
cambiarlo del sector de los presos comunes a la de los políticos.
-Posteriormente me contacté con
Jorge Peña Hen, el notable Director de la Escuela de Música y de la Orquesta
Filarmónica de la Universidad de Chile, sede La Serena. Le mencioné haber visto a su padre, el
Doctor. “Trae una carta de la
Masonería para el masón Lapostol, para
liberarme y viajar al extranjero”, me dijo.
Bromeamos acerca de los cargos que se le hacían: “Me acusan de haber traído metralletas de
Cuba en las cajas de los violines”.
“Pena de muerte”, le dije. “Y
tener un plano militar de La Serena, el organigrama del Partido con la
ubicación de los núcleos”. “20 años de
cárcel”, le sentencié riendo. “Mira le agregué - pide que te condenen a 20 años y
después te fusilen”. Nunca más haría
bromas de ese tono.
-Con Carlos Alcayata Varela,
ambos compartíamos responsabilidades en
el Consejo Provincial de la Central Unica de Trabajadores (CUT), conversamos
sobre el asunto; estaba condenado a 20 años y le había
dicho a Lapostol el porque no lo habían condenado a muerte, pues así su familia
habría recibido una pensión. “¡Hay que
sobrevivir!”, le expresé. “’¡Podrán condenarnos a 100 años, pero nadie los
cumplirá!”. Me manifestó ser ferviente
partidario de la unidad del mundo socialista.
-A Marcos Barrantes Alcayaga le
recuerdo por su perenne sonrisa y su cabellera rubia. Joven trabajador y
estudiante de la Universidad Técnica del Estado. En la última visita familiar
conocí a su guagua, que estaba en los brazos de una sobrina mía, María Inés. Al
día siguiente en la cola del pan algunas personas se acercaron a su esposa para
presentarle su pésame; hasta ese momento
ignoraba el vil crimen cometido en el Regimiento “Arica” y que estaba viuda.
-Jorge Osorio Zamora era Contador
de MANESA, la industria de neumáticos, y miembro del Sindicato de Empleados
Particulares afiliado a la CEPCH; se le
acusó por encontrar en la fábrica dos “matagatos”,
pequeñas arma para defensa como las tiene cualquier empresa.
-Roberto Guzmán Santa Cruz se
encontró en la zona en los días del golpe tramitando un sumario por denuncios
de robo de explosivos a la CAP y su venta a los terroristas de Patria y
Libertad. Fue condenado definitivamente
el 26 de Junio de 1975 a 541 días de cárcel ¡618 días después de haber sido
ejecutado!. Lo recuerdo porque siempre
estaba leyendo textos jurídicos.
-Mario Ramírez Sepúlveda era el
conductor público del Partido Socialista en la región. Era maestro por
vocación, profesor adorado por sus alumnos de la Universidad de Chile. Tengo siempre presente sus ojos
vivaces, la claridad de sus planteamientos, su amor a la vida. Jamás creyó
en prácticas violentistas,
pero él fue victima de los terroristas de uniforme.
-El Doctor Jorge Jordán Demic
llegó detenido desde la ciudad de
Ovalle, en mal estado físico por las torturas. Fue llevado varias veces a la Fiscalía
Militar para interrogarlo. Aunque apenas
me conocía, me llamó a su lado:
“Sumérgete - me dijo - a todos les preguntan por ti”. ¿Porqué no le
condenaron a residir forzosamente en un
pueblo campesino, para servir a los pobres y marginados?.
-Junto a los mencionados fueron
ejecutados también otros siete detenidos:
José Araya, Victor Escobar, Jorge Contreras, Oscar Aedo, Gabriel
Vergara, Hipólito Cortés y Oscar Cortés.
Este abominable crimen colectivo
tenía por objetivo paralizar por el terror las acciones de los patriotas. Pese a nuestros temores, muchos tomamos la firme decisión de luchar hasta
ofrendar nuestras vidas si fuese necesario, para liberar al pueblo de sus
verdugos.
No hemos olvidado a nuestros
mártires, y no es bueno hacerlo, para que nunca más se vuelvan a repetir
situaciones cómo la descrita y se hagan realidad los sueños de los caidos:
democracia, libertad y justicia social, de una sociedad justa y solidaria.
*ex Miembro del Comité Central
del Partido Socialista
Bueno señores tras horrendo sucesos en asalto a la patrulla en Quillota provocados por estos sin nombre queria contarles que el chofer de ese entoces Laureano Enrrique Hernandez Araya sub-oficial de carabineros (r)condenado a 3 años y 1 dia por secuestro,condena que no se cumplio hoy presenta una demanda en el jusgado de garantia de Quillota por golpear a una mujer y amenazas de muerte a un civil RUC N°1300837685-3 RUC N°2137-2013 gracias.
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