Por PEDRO DIAZ ROJAS LA SERENA.-
"No cabe dudas, que si queremos una vida sin enfermedades en el futuro aquí en Chile, deberemos optimizar las energías renovables, desechando y rechazando aquellas que provienen de los fósiles, y más aún, la energía nuclear."
Nuestros hijos y nietos están inquietos y preocupados por lo acontecido recientemente en Japón, así como nosotros lo estuvimos hace unos años atrás cuando se desbocó la energía de una planta atómica de Chernobil, y que los científicos(al igual que en Japón)no fueron capaces de controlar.
Ni siquiera se nos ha informado claramente cuál fue la cantidad de muertos y heridos, y cuántos más dejarán de existir por los horrores de las mutaciones genéticas, no sólo en los países donde han acaecido estos desastres, sino también, en aquellos alejados(indudablemente nosotros) producto del arrastre y empuje de las corrientes de aire de todo lo que está en suspensión.
Podemos decir, entonces, que nadie está libre de ser tocado por estas radiaciones, ya sea por el aire o por los alimentos (especialmente marinos).
En nuestro país luchábamos(y aún lo hacemos) por la no instalación de las termoeléctricas que usan carbón y petróleo como es el caso de Cerro Castilla, por lo que significa la degradación abismante del medio ambiente, cuyos efectos desastrosos nos muestra Tocopilla y Puchuncaví (Ventanas).
Pero llegó Obama del brazo con la energía nuclear para que Sebastíán Piñera pusiera su rúbrica en un oscuro tratado, que tendrán que borrar los gobiernos futuros.
Nos da pena por la amnesia del presidente Piñera que se olvidó que en 2006 aseguró que en Chile no se instalaría una planta nuclear.
Por eso,y con justa razón, todos decimos con fuerza:"cumpla sus compromisos Sr.Presidente".
En los tiempos presentes las autoridades afirman que hemos crecido económicamente debido a los ingresos que nos aportan las ventas del cobre, del oro, de la plata, del fierro, del yodo, del litio y del manganeso por nombrar sólo a estos elementos químicos.
Pero las mentes de muchos no alcanzan a entender que para su producción y refinamiento se usó energía proveniente de los fósiles, con la consiguiente contaminación.
Aquí cerca de nosotros, en Coquimbo, vimos como se enfermaban y morían las personas que tenían sus moradas en las cercanías de la planta Manganesos
Por lo tanto, bien cabe preguntarnos ¿no nos basta con los actuales ingresos como país?.
Estamos ciertos que así es, pero nuestra mayor debilidad está en la redistribución, para que esos ingresos lleguen a todos, y dejar ,por lo tanto, de ser un país con una de las mayores brechas entre ricos y pobres en el concierto mundial.
Se lee y escucha con frecuencia a los tecnócratas que sin energía no hay "progreso" ni crecimiento, y para ello esgrimen que las energías fósiles se acaban.
Pero sus miopías y conveniencias económicas no los dejan otear a la energía solar, la energía eólica, la energía de los géiseres, y aún, la energía de las mareas, siendo nuestro Chile, pródigo en ellas ,bastando sólo por decidirnos a ahondar en la construcción e instalación de miles de generadores movidos por el viento, de paneles solares y otras estructuras ad-hoc
Con todo lo que nos muestran estas catástrofes nucleares debemos comprometernos a desechar la energía atómica para obtener otras energías, cerrándoles la puerta a las transnacionales que buscan aumentar sin contemplación sus ganancias, gritando con fuerza que la energía atómica no debe ser una receta para el crecimiento, poniendo, nosotros, la propuesta de acrecentar mil veces la instalación de estructuras que ocupen las energías limpias, toda vez que sol, viento y espacio tenemos de sobra.
No olvidemos, por último, que los terremotos también nos rondan permanentemente, y éstos son enemigos de las plantas nucleares; y no vaya a ser que las vidas de las niñas y niños que hoy corren alegres por prados, parques y a orillas del mar se acorten por culpa de la energía liberada del núcleo de los átomos que algunos manipularon con avaricia insaciable.
PEDRO DIAZ ROJAS
LA SERENA.-
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