martes, 10 de abril de 2012

----LA LÓGICA

(En las primarias de la Concertación en Valparaíso)


Por Roberto Córdova - Valparaíso

Se dio la lógica en las primarias de la Concertación en Valparaíso. No solo en los resultados.

Paula Quintana, desde el primer momento, se arrimó a Bachelet para promover su figura. Buscó apoyo en el Partido Comunista y lo consiguió en pleno. Golpeó a su adversario donde la lógica decía había que golpear. Apeló al tema ético y a la dignidad para convocar el rechazo que Pinto genera en amplios sectores fuera de la Concertación. No obstante, no fue suficiente. Ganó Pinto.

Pinto por su parte, se volcó a los cerros, a los sectores donde tiene a sus incondicionales. Se mostró poco en los medios de comunicación y en el centro de la ciudad, evitando la exposición a la crítica y cuestionamientos de sus detractores. Apostó a sus operadores políticos e invirtió sus fichas en lo que mejor sabe hacer: acarrear gente. Le funcionó una vez más. Ganó.

Sin embargo, a pesar de haberse dado la lógica, un cierto amargor debió recorrer, al momento del brindis, los paladares de los triunfadores de esta jornada. El triunfo no fue holgado como esperaban, y el total de los votantes que participó en la contienda no superó el 6 % del padrón electoral de la ciudad.

Dos señales que reafirman los temores de los que piensan en serio al interior del comando de Pinto; los que sopesan los 42 mil votos que Pinto perdió en Valparaíso el 2009, cuando fue candidato a senador, en relación a su última elección como alcalde en 2000; los que son conscientes de la crisis de la partitocracia, de lo poco que convocan los partidos que han cogobernado Chile por más de dos décadas.

Pinto está en carrera como lo está el paria de la UDI, Jorge Castro. Ambos son candidatos de sus respectivas alianzas políticas; no obstante, ambos generan el mismo rechazo entre los suyos. Ambos deben luchar, más allá del voto de sus incondicionales, del voto que acarrean sus operadores en terreno, contra su propia imagen.

¿Qué propuesta nueva de ciudad pueden ofrecer el alcalde en ejercicio y quien estuvo tres períodos al frente del municipio dejándolo técnicamente quebrado?. ¿Quién conoce los programas de estos personajes que anuncien rectificaciones a sus administraciones nefastas?

No hay propuesta. Solo hay imagen de lo que han sido, y mucho dinero para fomentar el clientelismo con el que han operado desde siempre. Sus figuras y sus formas de hacer política son –a la vez- sus potenciales y sus debilidades.

Pinto y Castro representan lo peor de la política, y amplios sectores son conscientes de ello. Lo que tiene que expresarse ahora, en la batalla final del 28 de octubre, es la acción de esa consciencia; un voto que no sólo marque el rechazo a estos personajes, sino que apueste por propuestas de cambio para la ciudad y por dignificar el servicio público.

La candidatura de Jorge Bustos surge precisamente para enfrentar este desafío. Hace más de seis meses visualizamos y advertimos este escenario; no porque tuviésemos una bola de cristal, sino porque en política operan ciertas lógicas y si se pone atención a ellas, se puede avanzar en la dirección correcta.

Sin embargo, esto recién comienza. El rigor y la lógica en el análisis electoral son sólo instrumentos que permiten diseñar el mapa; pero como suele decir un compañero de ruta, el mapa no es el territorio.

Entonces, para nosotros, el desafío primero es el territorio. Son las personas concretas, sus niveles de racionalidad y sus subjetividades. Debemos ser capaces de encantar a una mayoría de ciudadanos acotados por el fatalismo, cuando no por el prejuicio; debemos ser capaces de re encantar a aquellos militantes frustrados, cuando no decepcionados por tanta derrota propinada por la maquinaria del poder dominante.

Un largo camino comenzamos a transitar en la construcción de una Nueva Fuerza que impulse los cambios fundamentales en la pelea por la soberanía y la justicia social. Las elecciones por la alcaldía de Valparaíso en las que hemos decidido participar, son quizá nuestra primera meta. La lógica electoral nos indica que hay posibilidades de competir para ganar el municipio, a condición de aprender a caminar el territorio con convicciones, con determinación, pero sin soberbia.

Pinto y Castro representan una sociedad de intereses económicos que ha campeado por más de dos décadas en nuestra ciudad. Tienen una máquina electoral potente y aceitada por los intereses que representan. Sin embargo, no son invencibles. La lógica de las estadísticas -que es la que manda en los torneos electorales- así lo demuestra.

Precisamente ahora que nos lanzamos en una batalla contra los poderes fácticos de la ciudad, es oportuno recordar las palabras del viejo Antonio, un luchador de otras tierras y territorios, quien solía repetir "que cada cual es tan pequeño como los miedos que siente y tan grande como los enemigos que elige".

Hasta la victoria, siempre.

Roberto Córdova

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