"La cantidad exorbitante de vehículos, calles estrechas, fallas en recorridos, ausencias y desperfectos en semáforos tensionan cada día más a conductores y pasajeros en las ciudades de Chile."
Cada año los tiempos de recorrido entre dos puntos de la ciudad han aumentado ostensiblemente especialmente en las mañanas, desencadenando oleadas de impaciencia y alteraciones crecientes en el sistema nervioso de la gente, lo que a la vez arrastra otras enfermedades que van minando poco a poco su salud.
Indudablemente, las relaciones entre los seres humanos se ha ido resquebrajando, como lo apreciamos en las siguientes situaciones:
-Los padres que apuran a gritos a sus hijos en las mañanas, a quienes deben llevar al colegio.
-Los hijos que regañan a sus padres conductores por no buscar calles más expeditas(no las hay) y así evitar llegar con atraso a la institución educacional.
-Los conductores que gritan desde los colectivos al que transita lento más adelante.
-Otros conductores que las emprenden a garabatos en contra de alguien que bloqueó un cruce de calle al cambiarse la luz del semáforo.
-Conductores indignados con la autoridad responsable de no haber instalado un semáforo con flecha verde para doblar en una esquina.
-Conductores que vociferan en contra de aquellos que estacionan en calles con doble tráfico reduciendo casi a cero la velocidad de otros.
-Conductores que arremeten en contra de camiones repartidores de gas(mala hora para ello),o del servicio de la basura, por la lentitud de su desplazamiento.
-Conductores enrabiados pues no encuentran talleres para desabollar y pintar su vehículo producto de topones o choques repetitivos en las mañanas.
-Conductores que no perdonan a los colectivos y buses que toman y dejan pasajeros en cualquier lugar de esa calle super transitada.
-Conductores que casi lloran al no permitírseles la pasada cuando salen de sus casas o de una calle sin preferencia.
Insistimos que es en las mañanas cuando se producen estos bochornos con mayor intensidad, y se deberá buscar una solución a la brevedad, como por ejemplo, difiriendo la entrada a los colegios, quizás en 20minutos unos de otros(dos grupos),para que no veamos filas interminables de automóviles cuyos conductores luchan por llegar a la hora al colegio de sus hijos, a pesar de haberse levantado mucho más temprano que el año anterior. Caso contrario, estos pupilos deben quedar en la antesala del establecimiento, a la espera que los dejen entrar a la sala una vez que son anotados en el libro de atrasos.
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PEDRO DÍAZ ROJAS
LA SERENA
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