viernes, 21 de mayo de 2010

AVANZAR SIN DEPREDAR.-



Pedro Díaz Rojas – La Serena

"La acción desmedida de las grandes empresas transnacionales ha llevado a la destrucción de nuestras tierras, matando la naturaleza, matando la ecología."

Nuestro país no escapa a esta acción de las empresas mineras, petroleras, y otras que proponen producir energía eléctrica usando carbón y petróleo incrementando los gases dañinos para la vida de animales y plantas, y en último término, produciendo un grave cambio climático que acarreará más pobreza al campo, al sector costero y a las ciudades.
Debemos reconocer que en nuestra región se han alzado voces enérgicas de mujeres y hombres protestando y oponiéndose a esta destrucción y contaminación, como lo hemos apreciado en La Higuera, Cerrillos, Pan de azúcar, Tambillos, Guayacán, Andacollo, Ovalle, Punitaqui, Caimanes, Los Vilos, Illapel y Salamanca, voces que van en pro de la vida presente y futura, alegrándonos que no fueron en vano las semillas sembradas por los movimientos ecologistas y medios de comunicación escritos, pero, echando de menos un mayor compromiso de las instituciones de estudio de nivel superior para que así los ecos retumben por los cuatro puntos cardinales.
Esta acción desmedida de las grandes empresas transnacionales por el mundo, ha llevado a que en el mes pasado se reunieran en Bolivia 35 mil personas representantes de 142 países, ocasión en que se abordaron 17 puntos en las magníficas comisiones integradas por movimientos sociales, campesinos, indígenas, pescadores, organizaciones de mujeres y ambientalistas. Participaron también, académicos, intelectuales, artistas, músicos, científicos y representantes de gobiernos en lo que se llamó Cumbre Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra, que fue una magnífica oportunidad para enfrentar el flagelo de la destrucción y la pobreza de la Pachamama.
Está también en nuestra mente la realización de la Cumbre sobre cambio climático celebrada en Diciembre en Copenhague (Dinamarca), en la cual el mundo industrializado se resistió a asumir su rol de defensa de la supervivencia de la Madre Tierra ,por lo que los participantes se retiraron amargados por el fracaso de dicho evento.
Digamos que en poco tiempo más se celebrará en Cancún, México, la reunión de las Naciones Unidas sobre cambio climático, instancia que recibirá un documento redactado por los participantes en el encuentro de Cochabamba instando a la ONU a que estas conclusiones sean tomadas en cuenta y respetadas.
Todo lo que hagamos por detener el calentamiento de la atmósfera, reduciendo en un 50% las emisiones de gases de los países industrializados, reduciendo la desforestación, evitando los monocultivos de árboles, que no son bosques sino agravantes de las crisis, lo agradecerán mañana nuestros hijos y nietos, escuchando en cada caleta, en cada valle, en cada cerro de esta región las voces que en la hora presente supimos exhalar con potencia como una herencia diáfana para quienes hoy recién están balbuceando con dificultad la palabra ecología.

PEDRO DÍAZ ROJAS
LA SERENA

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