viernes, 8 de julio de 2011

EL ENORME OMBLIGO DEL PARLAMENTO

Por Héctor Cataldo Ávila


200 años han transcurrido desde la instalación del primer Congreso Nacional en las dependencias en que había funcionado la Real Audiencia, el 4 de julio de 1811. Ocasión propicia para que el Parlamento actual, con su mochila llena de binominalismo, neoliberalismo y políticas de los acuerdos, realizara un magno evento en el que los Titulares de ambas Cámaras se refirieron a puntos comunes y expresaron su voluntad de alcanzar acuerdos (una vez más) para resolver los temas planteados por la ciudadanía en las últimas semanas.

Para el Presidente de la Cámara Baja la historia ha sido plana, él destaca ”la vocación de garante de la democracia que le compete a este Poder del Estado y el papel central que ha jugado en la senda del desarrollo del país.”(1) creyendo que con sólo afirmarlo borra el carácter binominal excluyente que tiene hoy o haber sido promotor del golpe de estado que derrocó al presidente constitucional Salvador Allende o haber ratificado la operación vergonzosa de entregar el cobre a países y empresas extranjeras.

Y como de rigidez facial se trata, en el tema de la educación se mandó esta joyita “... propongo que en el tema educacional transformemos el Congreso Nacional en factor de unidad y de debate elevado, para que los jóvenes chilenos nos perciban como parte de la solución de un problema que se arrastra por ya muchos años y que requiere ser abordado con voluntad, creatividad, realismo y patriotismo”(2). Está bien, en los discursos hay que ser formales y un poco eufemísticos, pero pretender que los jóvenes olviden el engaño cometido con la LGE que ellos aprobaron para dejar todos los contenidos de la LOCE intactos y llamarlos nuevamente a confiar es simplemente arrogancia y menosprecio. El hombre cree que han pasado ya muchos años y “ahora sí” van a poner voluntad, creatividad, etc. ¡Cómo no!

Se podría pensar que al final de cuentas el presidente de la Cámara sólo cumple con el deber del cargo, y además es UDI, o sea, de las universidades privadas, del opus dei, de la educación para los que tienen dinero, de los que quieren conservar las cosas como están, pero otros connotados parlamentarios, sin necesidad alguna, se sumaron a esta pléyade de autohalagos e insoluciones.

Así es como el diputado Juan Carlos Latorre (DC) estimó que “el homenaje de los 200 años del Congreso Nacional es una excelente oportunidad para quienes están hoy en el Parlamento y para quienes están en el Gobierno de intentar alcanzar consensos ...creo que la crisis que se ha manifestado en los últimos tiempos, con grandes manifestaciones en las calles, debemos hacer un tremendo esfuerzo por superarla entre todos, es un desafío conjunto entre quienes tienen la responsabilidad de gobernar y quienes tenemos un rol dentro del Parlamento”(3). Es difícil decir tan poco con tantas palabras y además ser tan auto referente. El señor Latorre piensa que “todos” son ellos y el gobierno. He ahí, en cuerpo entero, el desprecio por los cientos de miles de ciudadanos que salen a las calles y por los millones que son afectados por las decisiones de “todos”... “los que tienen el poder” debería finalizar para ser, al menos, veraz.

Otros como PP Auth (PPD) no alcanzan a hacerle la finta a la realidad y se les sale la verdad pero mirando para otro lado “...es muy difícil que Chile se convierta en un país desarrollado con los niveles de desigualdad que tiene y con los grados insuficientes de incorporación ciudadana a los procesos democráticos”(4). Habla de Chile como si fuera de alguien más, como si él no tuviera responsabilidad en conservar y profundizar la desigualdad y la falta de participación ciudadana durante los últimos 21 años.

El diputado Guillermo Teillier comentó que “Estamos interpelados, unos dicen por la ciudadanía, yo digo por el pueblo de Chile, a que realmente la Cámara y el Senado empiecen a escuchar las demandas ciudadanas”(5). Sin comentarios, ya se enterará, cuando lleve unos cuantos años en estas lides parlamentarias, que lo único que hace bien el Congreso es escuchar y formar comisiones para tranquilizar a los que llegan a colarse en los pasillos legislativos, pero nunca resolver.

Para el diputado Osvaldo Andrade (PS), el mismo que vendió la movilización de la ANEF el año pasado por unos millones para su partido y otros para la CUT (es que no por dicho deja de ser impresionante) el momento histórico es mucho más decisivo y piensa que “... quizás el gran desafío del Parlamento es cómo lograr compatibilizar lo que son sus naturales competencias con esta demanda ciudadana que es evidente”(6). Esta es una confesión para el bronce, la historia y algún tipo de tribunal porque es reconocer que las naturales competencias del parlamento, hasta ahora al menos, han sido incompatibles con las demandas ciudadanas.

En resumen: este parlamento es incompatible con las demandas ciudadanas, no escucha o si lo hace mira para el lado, no ha resuelto la desigualdad y no facilita la participación, es el lugar donde el gobierno y el parlamento resuelven por las mayorías, pero sin ellas, es la institución que invocó el golpe de estado para parar al pueblo y que ahora llama de nuevo a los estudiantes para una nueva operación al estilo LOCE.

Es difícil entender la algarabía y solaz por los 200 años, la barroca ceremonia con el cambio de guardia de los “Dragones de La Reina”, sin imaginar a los honorables mirándose al espejo esa barriga, bien alimentada por todos los chilenos, con el ombligo tan grande como su ego.

HÉCTOR CATALDO ÁVILA
7 DE JULIO DE 2011

notas:

1) http://www.camara.cl/prensa/noticias_detalle.aspx?prmid=44835

2) http://www.camara.cl/prensa/noticias_detalle.aspx?prmid=44835

3) http://www.camara.cl/prensa/noticias_detalle.aspx?prmid=44840

4) http://www.camara.cl/prensa/noticias_detalle.aspx?prmid=44840

5) http://www.camara.cl/prensa/noticias_detalle.aspx?prmid=44840

6) http://www.camara.cl/prensa/noticias_detalle.aspx?prmid=44840

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