jueves, 7 de julio de 2011

GRANDES Y PEQUEÑOS RUFIANES

Y los incompetentes encargados de controlarlos…


Escribe Luis Casado – 06/07/2011

Lamento repetirme, pero ni modo. La gigantesca crisis de las hipotecas basura (subprimes) tuvo lugar porque los encargados de vigilar a la comunidad financiera y a sus rapaces ejecutivos miraron para el otro lado.

La SEC (security and exchange commission), el Treasury Department (ministerio de Hacienda de los EEUU), la FED (el banco central yanqui) y la FED de New York que no sólo representa el 90% de la FED sino que además tiene bajo sus narices a Wall Street.

Sin olvidar a las tres agencias de calificación de riesgo, los filibusteros Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s, que nunca vieron venir ninguna crisis y no se enteraban de las estafas que contribuían a facilitar. Estas tres agencias que se enriquecieron calificando como “triple A” (excelentes) productos financieros que no valían un pedo de conejo, ahora se enriquecen especulando contra Grecia, Irlanda, Portugal, España y mañana anda a saber qué otros países.

Apenas Grecia aceptó someterse a los dictados del FMI y de la Unión Europea, -cura de caballo que matará al paciente-, Moody’s no pierde tiempo y ataca a Portugal. Sin tener un ápice de autoridad para ello, Moody’s rebajó dramáticamente la calidad de la deuda pública portuguesa poniendo a Lisboa y al euro en un duro aprieto.

El presidente de la Comisión Europea, el muy neoliberal José Manuel Barroso, declara prudentemente que la decisión de Moody’s puede volver la situación de la deuda de la zona euro “menos clara” y “menos transparente”. Los europeos también hacen puñetas con la “transparencia”. En un sobresalto de coraje agregó que las agencias de calificación “no son infalibles”. No, ¡boludo! ¡No sólo no son infalibles, sino que forman parte de la banda de estafadores!

Michel Barnier, Comisario europeo encargado de los servicios financieros, sudaba miedo cuando invitó a los rufianes a “evaluar con objetividad y lucidez la situación de los países que califican”. Es como pedirle “objetividad” a Al Capone.

La socialdemócrata Elena Salgado, ministro español de Economía, les iguala en cobardía al declararse “sorprendida”. Stavros Lambrinidis, ministro griego de exteriores que ya fue sodominado por el FMI y la UE, ataca la “locura” de las agencias de calificación. Y se queda corto.

El flamante nuevo ministro de Finanzas francés François Baroin envió a Moody’s de regreso al claustro materno: “No es la mirada de una agencia de calificación la que va a arreglar la cuestión de las deudas soberanas y de la crisis presupuestaria”. Su colega alemán Wolfgang Schäuble fustigó el “oligopolio de las agencias de calificación” y abogó por “limitar (…) su influencia”.

La canciller Angela Merkel invitó las instituciones pusilánimes a ponerse los pantalones: “Es importante que la troika (UE, FMI y el Banco Central Europeo) no permita que su capacidad de juicio sea ignorada”. ¡No solo ignorada sino utilizada para rascarse los huevos! Estos son los Grandes Rufianes.

Entre los Pequeños Rufianes se cuenta el BancoEstado. Que con mucho morro y publicidad promueve su crédito “Uno para Todos”. Este producto atrapa-boludos es anunciado con una tasa de interés de un 1% mensual, o sea un 12,68% anual. Monto mínimo del crédito ofrecido: un millón de pesos.

Como la tasa rectora del Banco Central está en un 5,25%, el BancoEstado se auto otorga un margen beneficiario de un modesto 241%. Mejor aún, la publicidad precisa que “Para obtener un crédito de consumo no es necesario tomar seguros ni contratar otros productos ni servicios”. El BancoEstado miente.

Hoy por la mañana, en la Sucursal La Reina/Bilbao, una modesta dama solicitó el dichoso crédito por un millón de pesos. Problema: para disponer del crédito “Uno para Todos” es preciso aceptar una chequera electrónica que conlleva otra línea de crédito suplementaria por un millón pesos, así como una tarjeta Visa nacional con un cupo de 100 mil pesos.

En resumen, un cliente pobre, que busca un crédito a tasa más baja, está obligado a aceptar un crédito total por dos millones cien mil pesos, asociado a productos que no necesita: la tarjeta Visa y la chequera electrónica. Como la dama en cuestión rehúsa aceptarlos, la jefa del servicio le espeta, arrogante, “En ese caso no tiene más que tomar otro tipo de crédito a un 2,30% mensual” (sic), o sea a una tasa anual superior a un 31,37%. Margen de lucro para el BancoEstado: casi 600%.

¿Qué hacen las incompetentes Superintendencias encargadas de vigilar el patio? Nada. No se enteran. Por mi parte lamento repetirme, pero ni modo. Estamos en medio de Grandes y Pequeños Rufianes.
-o-o-

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